El Responsorio a la octava lectura del Oficio de Tinieblas del Jueves Santo lleva por título: Una hora. El texto recoge la dramática exhortación de Jesús a los discípulos, en el Huerto de los Olivos, a no dormir sino a velar con él en la oración. La glosa litúrgica añade dramatismo al texto: ¿no veis que Judas se apresura a entregarme? Precisamente, en este momento, la serenidad musical de la obra de Victoria adquiere una fuerza y una energía que hacen de este breve responsorio una obra maestra del canto sacro. Es como una gran exhortación musical a levantarnos del pecado y apresurar nuestra conversión.
Una hora non potuistis vigilare mecum,
qui exhortabamini mori pro me?
Vel Iudam non videtis,
quomodo non dormit,
sed festinat tradere me Iudaeis?
Quid dormitis? Surgite, et orate,
ne intretis in tentationem.
Vel Iudam non videtis,
quomodo non dormit.
sed festinat tradere me Iudaeis?
| No habéis podido vigilar conmigo una hora, vosotros que decíais que moriríais por mí. ¿No habéis visto que Judas no dormía, sino que se apresuraba
a entregarme a los judíos?
¿Por qué dormís? Levantaos y orad,
para que no caigáis en tentación.
¿No habéis visto que Judas no dormía,
sino que se apresuraba
a entregarme a los judíos?
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