sábado, 9 de diciembre de 2017

Gradual Universi

El salmo gradual de la misa del Primer Domingo de Adviento Universi, están compuesto en el primer tono, también sobre un versículo del salmo 24, como el Introito. Es una oración destinada a infundir confianza en la esperanza.



Universi qui te exspectant, non confundentur, Domine.
Vias tuas, Domine, notas fac mihi: et semitas tuas edoce me.


Los que esperan en ti, Señor, no quedan confundidos.
Señor, enséñame tus caminos, muéstrame tus sendas.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Introito Gaudens gaudebo

El introito gregoriano de la misa de la Inmaculada, Gaudens gaudebo, es una pieza llena de alegría y de movimiento. Expresa la alegría de María, liberada por especial privilegio del Señor del yugo del pecado desde el mismo inicio de su existencia. Escuchamos este introito en la reconocida versión de los monjes de Silos.



Gáudens gaudébo in Dómino, et exsultábit ánima méa in Déo méo: quia índuit me vestiméntis salútis, et induménto justítiae circúmdedit me, quiasi spónsam ornátam monílibus súis
Exaltábo te, Dómine, quóniam suscepísti me: nec delectásti inimícos méos super me.
En gran manera me gozaré en el Señor; mi alma se alegrará en mi Dios. Porque él me ha vestido con vestiduras de salvación y me ha cubierto con manto de justicia. Me ha ataviado con una diadema, como a novia que se adorna con sus joyas.
Te doy gracias, Señor, porque me has escogido, y nos has permitido que mis enemigos triunfen sobre mí.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Introito Ad te levavi

El introito de la misa del domingo primero de Adviento es una de las obras maestras del canto gregoriano. Toma un versículo del salmo 24: A ti levanto mi alma, Dios mío, y construye una melodía sobriamente adornada, que expresa el anhelo de la entera creación por la venida del Señor.



Ad te levavi animam meam: Deus meus, in te confido, non erubescam: neque irrideant me inimici mei: etenim universi, qui te exspectant, non confundentur.


A ti levanto mi alma, Dios mío, en ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis enemigos! No hay confusión
para el que espera en ti. Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas.