Uno de los himnos más conocidos y apreciados de la liturgia católica es el himno Veni Creator Spiritus, una obra maestra tanto por su texto como por su música, que procede del siglo IX y que se atribuye a Rabano Mauro, cuya memoria, hoy, 4 de febrero, recuerda la Iglesia.
Se trata de una invocación al Espíritu Santo. La petición fundamental que se le hace es que venga a nosotros, y que nos llene de sus dones, con lo que todo en nuestro entorno cambiará. De ahí su utilización no sólo en la fiesta de Pentecostés, sino en todas las celebraciones en las que se implora su efusión para quien es elegido para algún ministerio.
El Veni Creator es una de esas oraciones que conviene no sólo rezar con frecuencia sino también, a ser posible, aprender de memoria, para poder recurrir a ella en los momentos más variados de la vida.
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