La liturgia de hoy nos habla del Cordero Pascual. Por eso, hemos escogido el Agnus Dei de una de las misas más célebres en la historia de la música: la Misa de Notre Dame, que compuso Guillaume de Machaut. Este autor, junto con Philippe de Vitry, es el más influyente del Ars Nova francés del siglo XIV. Esta misa de Nuestra Señora es la primera misa polifónica que conocemos escrita por un solo autor.
Fue, sin duda, una época dorada en aquel reino francés, que alojó en Avignon al Papa; época dorada que fue truncada por la tremenda crisis de la peste negra. Que sirva, pues, no solo para evocar una época tan rica, sino también para alabar al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Fue, sin duda, una época dorada en aquel reino francés, que alojó en Avignon al Papa; época dorada que fue truncada por la tremenda crisis de la peste negra. Que sirva, pues, no solo para evocar una época tan rica, sino también para alabar al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
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