La piedad nos invita este nuevo sábado de Cuaresma a volver nuestros ojos a María, la Madre dolorosa, para implorar su intercesión y alabar con ella al Señor, su Hijo, que por nosotros padeció y murió. Para ello, escucharemos el final de magnífico Stabar Mater de Giovanni Battista Pergolesi. La obra concluye con una intensa súplica: cuando nuestro cuerpo muera, haz que nuestra alma viva en el Paraíso. La obra se concibe como un lento agonizar, y se remata con una breve fuga para el Amén.
Quando corpus morietur
Fac ut animae donetur
Paradisi gloria. Amen. | Cuando el cuerpo sea muerto,
haz que al ánima sea dada
del Paraíso la gloria. Amén. |
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