Este sábado nos unimos a María en la contemplación del Hijo muerto por cada uno de nosotros. La oración que inmortalizó el franciscano Jacopone de Todi en el siglo XIII fue musicalizada posteriormente por numerosos maestros. Hoy escucharemos la versión del veneciano Antonio Vivaldi, compuesta en 1712 para voces y acompañamiento musical. De sus nueve movimientos escucharemos los tres primeros.
Stabat Mater dolorosa Iuxta crucem lacrimosa, Dum pendebat filius. Cuius animam gementem Contristatam et dolentem Pertransivit gladius. O quam tristis et afflicta Fuit illa benedicta Mater unigeniti Quae maerebat et dolebat. Et tremebat, cum videbat Nati poenas incliti. | Estaba la Madre dolorosa junto a la Cruz, llorosa, en que pendía su Hijo. Su alma gimiente, contristada y doliente atravesó la espada. ¡Oh cuán triste y afligida estuvo aquella bendita Madre del Unigénito!. Languidecía y se dolía la piadosa Madre que veía las penas de su excelso Hijo. |
Por algún error no está la pieza musical
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