El primer Domingo de Cuaresma nos invita a orar con una de las piezas más conmovedoras del repertorio gregoriano: el responsorio Media Vita.La obra alcanzó una inmensa popularidad a lo largo de la Edad Media, una época difícil en la que la vida humana estuvo frecuentemente amenazada por grandes hambrunas, epidemias y conflictos de todo tipo. Ante esta contingencia, la oración dirige su invocación al Dios Santo, al Dios Fuerte, al Dios Inmortal. Este Trisagio, de origen oriental, es asumido en la oración, como invocación del Dios trascendente, que enjuga todo sufrimiento humano dándole esperanza en la Resurrección del Señor. Hemos escogido la versión grabada por los monjes del Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Media vita in morte sumus.
Quem quærimus adjutorem
nisi te, Domine?
Qui pro peccatis nostris juste irasceris
Sancte Deus, sancte fortis
Sancte misericors Salvator
Amaræ morti ne tradas nos
In te speraverunt patres nostri
Speraverunt et liberasti eos
Ad te clamaverunt patres nostri
Clamaverunt et non sunt confusi
Gloria Patri, et Filio
et Spiritui Sancto. |
En la plenitud de la vida podemos morir ¿a qué salvador vamos a acudir sino es a ti, Señor? Justamente te enojas por nuestras culpas:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo y misericordioso Salvador, no nos entregues a una amarga muerte. En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y los salvaste. A ti clamaron nuestros Padres; clamaron, y no fueron confundidos. Santo. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. |
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