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Nuestra Señora de la Majestad. Catedral de Zamora |
En este día, en el que celebramos la Dedicación de Santa María la Mayor, vamos a detenernos en una de las oraciones cristianas más antiguas de las que conocemos: Sub tuum praesidium. Se trata de una invocación a la Madre de Dios, que ya aparece en la liturgia copta en Egipto durante el siglo III. Su versión original es en griego. De allí pasó también a la liturgia bizantina, ambrosiana y romana. Por último, llega hasta la piedad eslava-ortodoxa. Se trata, pues, de una piadosa y breve invocación a santa María, que hoy hacemos propia, primero, en la versión gregoriana, cantada por los monjes de Santo Domingo de Silos:
Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genetrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta
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Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades, sino líbranos siempre de todos nuestros peligros, oh virgen gloriosa y bendita.
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A continuación, escuchamos también la versión rusa, a cargo de los monjes del Monasterio de Pochaev. El texto es el mismo, en idioma litúrgico paleoeslavo; y la altura mística de la obra no es menor que la latina.
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