Esurientes implevit bonis et divites dimissit inanes. Es decir: A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Seguimos adelante con el Magnificat de Bach, en esta novena que hacemos en honor de la Asunción de la Santísima Virgen María. Y lo hacemos con este fragmento, que Bach confía a un dúo entre la soprano y la flauta, de una belleza y dulzura singular.
Los que lo tienen todo en este mundo son despedidos sin nada, mientras que los que carecen de todo en este mundo, son enriquecidos sin medida por Dios. Esto es, precisamente, lo que María experimentó en su propia vida. La humanidad que carecía de esperanza recibió, ni más ni menos, que al mismo Dios en la persona del Hijo; mientras que los poderosos, que estaban satisfechos con su riqueza, se quedan sin nada.
Los que lo tienen todo en este mundo son despedidos sin nada, mientras que los que carecen de todo en este mundo, son enriquecidos sin medida por Dios. Esto es, precisamente, lo que María experimentó en su propia vida. La humanidad que carecía de esperanza recibió, ni más ni menos, que al mismo Dios en la persona del Hijo; mientras que los poderosos, que estaban satisfechos con su riqueza, se quedan sin nada.
Hemos escogido para esta sección la magistral versión de Nikolaus Harnoncourt.
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