El ofertorio de la primera semana de Adviento es una pieza llena de emoción, que expresa los sentimientos de esperanza y confianza propios de este tiempo. Lo escuchamos en la versión de Giovanni Vianini, con la Schola Grogoriana de Milán, en una grabación realizada en el Monasterio de Grandate (Italia).
Ad te, Domine, levavi animam meam: Deus meus, in te confido, non erubescam: neque irrideant me inimici mei: etenim universi qui te exspectant, non confundentur.
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A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío, no quede yo avergonzado; que no se rían de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.
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