La siguiente sección del Dies Irae, al que Mozart puso música en su Requiem, comienza con las palabras Rex tramendae maiestatis qui salvando salvas gratis, es decir, rey de tremenda majestad que salvando salvas gratis. El tono que emplea el compositor es majestuoso, creando un clima de congoja al hacer comparecer al hombre ante tanta grandeza. La palabra crucial de este pasaje creo que es tremendae: la majestad de Dios no es grandiosa, no es poderosa, sino tremenda, es decir, tan desmesurada que provoca el temblor. Escuchamos hoy la versión de von Karajan al frente de la Filarmónica de Viena.
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