La Misa de Requiem, en el orden que llegó hasta la reforma litúrgica de los años setenta, disponía antes de la lectura del Evangelio una secuencia, es decir, un himno, que había sido compuesto en la Edad Media, y que alcanzó una gran popularidad: el Dies Irae. Se trataba de una danza de la muerte, con un texto de tonos muy apocalípticos, destinados a implorar la misericordia de Dios ante la llegada del día de la ira, es decir, del día final. El texto se atribuía a Tomas de Celano, un franciscano del siglo XIII.
Hoy escucharemos la primera sección que del Dies Irae compuso Mozart. Su texto dice así:
Hoy escucharemos la primera sección que del Dies Irae compuso Mozart. Su texto dice así:
Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Quantus tremor est futurus,
quando iudex est venturus,
cuncta stricte discussurus !
Su traducción:
Día de la ira, aquel día
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
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