Guillaume Dufay (1397-1474) fue un autor medieval, a caballo ya con la nueva época pre-renacentista, que encontró un importante centro en la floreciente corte de Borgoña. De este autor vamos a escuchar su versión de la secuencia Veni Sancte spiritus. Está compuesta en forma de paráfrasis, es decir, se toma una frase del canto llano (es decir, la versión tradicional gregoriana), y la siguiente frase, en vez de repetir la melodía anterior, es sustituida por un comentario polifónico y acompañamiento instrumental.
Veni Sancte Spiritus et emite caelitus lucis tuae radium
Veni pater pauperum, veni dator munerum, veni lumen cordium. Consolator optime, dulcis hospes animae, dulce refrigerium. In labore requies, in aestu temperies, in fletu solatium. O lux beatissima, reple cordis intima tuorum fidelium. Sine tuo numine nihil est in homine, nihil est inoxium. Lava quod est sordidum, riga quod est aridum, sana quod est saucium. Flecte quod est rigidum, fove quod est frigidum, rege quod est devium. Da tuis fidelibus in te confidentibus, sacrum septenarium. Da virtutis meritum, da salutis exitum, da perenne gaudium. Amen, Alleluia. |
Ven Espíritu Santo y desde el cielo envía un rayo de tu luz.
Ven padre de los pobres, ven dador de las gracias, ven luz de los corazones. Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio. Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto. Oh luz santísima: llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles. Sin tu ayuda nada hay en el hombre, nada que sea inocente. Lava lo que está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo. Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío, dirige lo que está extraviado. Concede a tus fieles que en Ti confían, tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo. Amén, Aleluya. |
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