sábado, 20 de septiembre de 2014

Veni Redemtor Gentium

Buscando hoy una pieza de órgano hispano, he encontrado esta moderna interpretación del himno navideño Veni Redemptor Gentium, que me ha gustado bastante. Combina el himno gregoriano, con la intervención de un saxo. La interpretación está firmada por el grupo Schola Cantorum de Riga, junto a Gints Paberzs (saxophon), y fue grabada en la Iglesia de San Juan de Riga en 2009.


Veni, redémptor géntium,
osténde partum Vírginis;
mirétur omne sæculum:
talis decet partus Deum.

Non ex viríli sémine,
sed mýstico spirámine
Verbum Dei factum est caro
fructúsque ventris flóruit.

Alvus tuméscit Vírginis,
claustrum pudóris pérmanet,
vexílla virtútum micant,
versátur in templo Deus.

Procédat e thálamo suo,
pudóris aula régia,
géminæ gigas substántiæ
alácris ut currat viam.

Æquális ætérno Patri,
carnis tropæo cíngere,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.

Præsépe iam fulget tuum
luménque nox spirat novum,
quod nulla nox intérpolet
fidéque iugi lúceat.

Sit, Christe, rex piíssime,
tibi Patríque glória
cum Spíritu Paráclito,
in sempitérna sæcula. Amen.

Oh Cristo, Redentor de los pueblos, ven y muéstrate recién nacido de la Virgen: que el mundo entero se pasme porque sólo a Dios se debe un nacimiento semejante.
Pues, no por obra de varón, sino mediante un místico soplo, floreció el fruto del vientre y el Verbo de Dios se hizo Carne.

Se dilatan las entrañas de la Virgen, sin dejar de estar selladas por el pudor y brillan las banderas de todas las virtudes porque Dios se halla en su Templo.
Que salga ya de su tálamo, de ese palacio purísimo, el que es inconmensurable, como Dios y como Hombre, para recorrer decididamente su camino.
Coeterno con el Padre, ceñido de nuestra misma carne, fortalecerá siempre con su poder, nuestro cuerpo tan frágil.

Esta noche, como nunca otra, comienza a exhalar una luz nueva, que hace relucir tu pesebre, encendido siempre de fe.

Gloria a Cristo, Rey clementísimo, a Ti y también al Padre, con el Espíritu Paráclito, por los siglos de los siglos, Amén.

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