Leemos hoy en la Eucaristía un fragmento de las Lamentaciones. Esta elegía tiene como motivo la destrucción de Jerusalén, a manos de Nabucodonosor. Por eso, vamos a escuchar una composición musical de una belleza estremecedora: el comienzo de las Lamentaciones, de Cristóbal de Morales, perteneciente al Oficio del Jueves, conservado en el Códice 21 de la Catedral de Toledo y fechado en 1547. Son sus intérpretes el Ensemble Plus Ultra, dirigido por Michael Noone.
Et factum est, postquam in captivitatem ductus est Israel,
et Hierusalem destructa est, sedit Hieremias flens, et planxit lamentationem hanc in Hierusalem, et dixit: ALEPH. Quomodo sedet sola civitas plena populo. Facta est quasi vidua domina gentium. Princeps provinciarum facta est sub tributo. BETH. Plorans ploravit in nocte, et lachrimæ eius in maxillis eius: non est qui consoletur eam, et omnibus charis eius. Omnes amici eius spreverunt eam, et facti sunt ei inimici. GHIMEL. Migravit Iuda propter afflictionem, et multitudinem servitutis: habitavit inter gentes, nec invenit requiem. Omnes persecutores eius apprehenderunt eam inter angustias. Hierusalem, Hierusalem: convertere ad dominum Deum tuum. |
Y sucedió que, después de que Israel fuese capturada y Jerusalén destruído: Jeremerías comenzó a llorar.
Y lloró y se lamentó por Jerusalén, y dijo: Aleph. ¡Cómo está solitaria la ciudad tan populosa! La señora de las naciones ha quedado como viuda: la capital de las provincias es ahora tributaria. Beth. Inconsolable llora ella toda la noche, y corren las lágrimas por sus mejillas: entre todos sus amados no hay quien la consuele: todos sus amigos la despreciaron y se han vuelto enemigos suyos. Ghimel. Emigró y desesperose Judá por verse oprimida con muchas maneras de esclavitud: fijó su habitación entre las naciones; mas no halló reposo: estrecháronla por todas partes sus perseguidores. Jerusalén, Jerusalén, conviértete al Señor tu Dios. |
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