Podríamos considerar como música sacra, toda aquella cuya finalidad consiste en formar parte expresiva de un acto litúrgico. Es difícil encontrar referencia musical propia para un santo y una época tan alejada de nosotros, como san Antonio Abad de Egipto, el Padre de los Monjes. Con todo, no queremos dejar este día sin una meditación musical, y para ello vamos a evocar mediante una música profana, eso sí, de tema religioso, compuesta por Jules Massenet. Se trata de la ópera Thaïs, compuesta sobre la homónima obra de Anatole France. Esta ópera cuenta la historia de la célebre santa Thais, una mujer de pasado turbulento que, convertida por un ermitaño en Alejandría, consagró a Dios el resto de su existencia en la vida monástica.
El fragmento cuya audición proponemos para este día es el final de la ópera, estructurado musicalmente sobre el célebre intermedio musical del acto segundo, popularmente conocido como Meditación. La escena contrapone al monje Atanael, que ha perdido la fe consumido de por la pasión; frente a Thaïs, la antigua pecadora que se ha convertido y está a punto de acabar sus días llena de fe en el Dios que le espera. La inspiración religiosa de esta pieza está muy conseguida. El solo de violín parece evocarnos la mirada solitaria de aquellos hombres y mujeres que se retiraron al desierto, para allí buscar a Dios combatiendo contra el poder del mal.
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