La liturgia de hoy nos invita a contemplar el misterio de la Pasión de Cristo: su sangre es fuente de paz para los hombres. Hemos contemplado una imagen de la Crucifixión; por eso, queremos acompañar esta meditación con una de las músicas sagradas más impresionantes de Mozart: su Kyrie para Coro y Orquesta, K.341. Philippe Herreweghe dirige la La Chapelle y el Collegium Vocale Royale.
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